jueves, 30 de julio de 2009

Un día en Santiago

Santiago de esquina a esquina, como un paisaje multicolor. Los heladeros, lo vendedores ambulantes, los enamorados desafiando al desamor, los niños jugando entre la muchedumbre y mamá preparando algo en la cocina. El obrero y sus manos partidas por la resequedad, por la pena, los inmigrnates corriendo de un lado a otro para arrendar su tiempo al descaro, al desprecio del patrón, los perros merodean por la calle, de vez en cuando me hago amigo de uno de ellos para acariciarlo y pensar en la vida, en lo humano. Tú no estás hoy aquí y es por eso que te extraño, tus caricias, tus besos, me encanta conversar contigo y arrancarme a cazar sueños que flotan en el aire. Los vagones del metro repletos de rostros sin vida, ¿quién nos arrebató la alegría?, la respuesta parece retumbar en mi cabeza como un soplido de un septiembre lejano, a la distancia. Salgo a la calle, hace frío y mis manos heladas tocan la bellleza que se dibuja en una conversación, en una palabra, en un gesto amable. Llego a la fábrica y el café logra revivir lo que va quedando de mi, trabajando todo el día, te extraño, me gustaría delvolverles la vida a mis compañeros, el látigo suena en la espalda y las noches se tornan heladas, aún así sigo manteninedo la esperanza intacta para un futuro que se volverá presente...



LA NOCHE DE LOS POBRES

Diego Rivera.

NO LLEGO A FIN DE MES

y el obrero lllega a casa cansado, luego de una larga jornada
la micro llena y las piernas cansadas (imagen habitual)
la frustración por los 100.000 que debe aceptar ya que no hay pega en otro lao'
los golpes en la espalda, los gritos en la cara y una niña que lo espera en casa
¡papá tengo hambre escuchará al llegar a casa!
y la impotencia de esperar a fin de mes para ver si no le cortaron la cola
para ver si le alcanza pa'l tarro de leche nido
para ver si el dinero se multiplica milagrosamente, pero sin dios.
el obrero regresa a casa y en sus ojos la tristeza como un simbolismo dialectico
el obrero regresa a casa como miles de obreros y obreras
que cargan en su espalda el dolor y la injusticia
de ser pobres y de trabajar para engordar a otros...
compañeros, compañeras
la lucha aún no termina
la revolución te llama como un anhelo
repleto de justicia, repleto de verdad.
el obrero regresa a casa y el patrón abandona la fabrica
el obrero toma la fabrica, el obrero regresa a casa

COMPAÑERA

cada día tan igual, cada día para terminar
ella camina por la avenida
para ir a trabajar
ella camina por la avenida con el corazón repleto de sueños
una flor que sueña un mañana sin opresión
sin maridos ni patrones
un mañana sin esposas, esposadas al amor
un mañana para vivir
junto a las obreras
sin cadenas que lastimen vuestras manos
vuestros corazones color violeta.
una compañera camina por la avenida
y mientras camina nosotros avanzamos
y al avanzar nos acercamos al fin del capitalismo
donde las trabajadoras y trabajadores
llevarán sus vidas por los caminos que ellos mismas decidan transitar
sin yugos ni tiranos... es entonces que
una mujer camina por la vida, ¡una mujer llena de osadía! (proletaria)

HOY ME DIERON GANAS DE ESCRIBIR

Hoy me dieron ganas de escribir
escribir y soñar montañas, playas y bosques
escribir y soñar atardeceres y diluvios
escribir y no dejar de escribir hasta que el corazón se canse
escribir no como un martirio, ni como una bendición
escribir para que el canto vuelva a brotar
escribir por aquellos que ya no están
escribir por los que sufren y los que sueñan “insufrimiento”
escribir para que nadie calle y para que la pena muera ahogada
escribir porque hay vida, vaso y vino
escribir para que el pan no falte
escribir para que el tirano no escriba
escribir para que el amor no se muera
escribir para que la muerte no llegue (todavía)
escribir para que los amigos estén
escribir para que los niños rían hasta tarde y los padres no los manden a dormir
escribir para soñarte entre mis brazos
escribir para vivir y vivir escribiendo.
Hoy me dieron ganas de escribir,
escribir una y mil veces revolución.

PALABRAS AL INICIO

La realidad implacable me empujó a este oficio,

sucede que las palabras brotaron por si solas

y la esperanza comenzó a dispararse en todas las direcciones.

El canto de ayer resonó hoy día más fuerte,

desempolvamos viejos recuerdos, libros, anhelos de ayer

y comenzó a escribirse en mi hoja,

como si el lápiz tuviera vida propia,

una historia, mil historias, nuestra historia

bueno más que historias, yo les llamo escritos, ni siquiera poemas

falta aún mucho para eso, aunque me conformo con escribir cuentos para niños

y que mis lectores tengan ojos brillantes para soñar como yo lo hago,

un mañana distinto.

¡Salud!